El enganche ( enviado por G)

Desde ese Lunes, nos vimos todos los días, en el trabajo y después nos ibamos a tomar algo juntos. Aunque tuve que esperar hasta el Viernes pare el segundo encuentro sexual. Carla no podía decir siempre que se quedaba en casa de amigas. Como dije, no era tímida, pero tampoco era muy experimentada sexualmente; solo había tenido un novio oficial, un año, el grandote, y un par de historias de corta duración, por lo que llevó un tiempo que se soltara definitivamente y que ambos pudiéramos complacernos en nuestros gustos. En ese segundo encuentro, me la chupó por primera vez y, de nuevo, como cuando la penetré por primera vez, tuve que hacer grandes esfuerzos para no acabar en el preciso momento que ella tromó mi verga con sus manos y la puso en su boca. A la distancia recuerdo que no fue una gran mamada, pero yo, en ese momento, sentía que era la mejor. A esa altura, cualquier cosa que ella hiciera a mi me parecía perfecto, maravilloso, y la verdad es que eso se mantuvo intacto hasta los últimos días de nuestro matrimonio, y cada vez que tenemos un encuentro casual, no muy seguidos lamentablemente. Nunca en mi vida tuve sexo como el que tuve con Carla, el sexo cuando estás enamorado es el mejor y yo me lamento por no estar con ella. Asumo mis culpas, claro, todo fue por mi casi nula fuerza de voluntad cuando de sexo se trata. Ojo, no sexo con cualquiera, con todo el mundo, desde que me casé, seleccioné cada una de mis aventuras con mucho cuidado, y solo las llevé adelante si sentía realmente que "valían la pena". Lo cierto es que perdí a Carla, no voy a volver a enamorarme (porque lo sigo estando) y no voy a volver a tener un sexo tan fabuloso (salvo en nuestros cada vez más espaciados encuentros ocasionales).