sábado, 7 de noviembre de 2009

Y llego Riverito ( Relato de G )


Pero en realidad, fue un par de semanas después, en la cuarta o quinta vez que nos acostábamos que pasó algo realmente significativo. Fue un Sábado, jamás lo olvidaré, fuimos a ver un recital del Fats Fernández en Notorious, y recuerdo que hizo una versión de "Georgia on my Mind" de Hoagy Carmichael con su trompeta que nos dejó mudos. Cenamos y fuimos a casa tipo 1.15. Yo estaba muy caliente, cosa que como ya expliqué, me sucedía habitualmente con Carla, ni bien entramos, empezamos a besarnos y tocarnos en el living, nos fuimos sacando algo de ropa, pero ni bien me bajé los pantalones ella me agarró la verga, corrió levemente su bombacha y la puso en su vagina; fue uno de los polvos más cortos de mi vida, parados, a medio desvestir, acabamos brutalmente en menos de dos minutos, y así, sin sacarla, con esa inercia que resulta a veces, cuando no se muere totalmente la erección, la alcé y la llevé a la cama.
Esa noche las hicimos todas. Bah, hicimos unas cuantas. No tuve que esperar demasiado, solo el tiempo que nos llevó lavarnos un poco, y comencé a hacerle sexo oral; besarle el clitoris y meterle un dedito en la vagina la extasió de forma increible, yo le pedí que lo disfrutara y ella me hacía saber que debía detenerme porque iba a acabar. Volví a decirle que se quedara tranquila y gozara y eso hizo, me tomó de la cabeza, de los pelos, más fuerte y de pronto comenzó a acabar. Fue maravilloso, yo ya la tenía dura nuevamente como se imaginarán, y escucharla acabar me enloqueció definitivamente. Se la puse de inmediato y volvimos a hacerlo; este duró un poco más aunque acabe yo solo.
Juro que no miraba el reloj, pero no creo que haya pasado más de media hora cuando se me paró de nuevo, aunque ya llevaba ella unos minutos jugando con mi verga. Al darse cuenta que se me había puesto dura como la primera vez comenzó a chuparmela hasta que le llené la boca. Ella no lo tragó, pidió disculpas y fue al baño. A mi no me molestó para nada.
Durante toda la noche jugamos y cogimos ... me eché ocho, sí, mi record absoluto y jamás repetido, fue una noche perfecta. Ella acabó 5 o 6 veces y también admitió que era su mejor marca. Si tenía alguna duda, esa noche me quedó totalmente claro que no iba a encontrar ninguna mujer como Carla ... y no la encontré.

domingo, 1 de noviembre de 2009

.ME SOÑE HACIENDOTE EL AMOR....



Regalo de "CUPIDO", ya sabes, lo publico porque me lo permitiste...

Cómo poder olvidar ese momento íntimo,
momento que paró el tiempo para nosotros,
momento en el que nuestros cuerpos bailaron
con la música del deseo, la danza del amor.

Tengo presente en mí, la imagen de nuestra pasión,
el olor de nuestros cuerpos desnudos gozando,
el sonido de nuestro lenguaje comunicando el deseo,
la suavidad de nuestra piel moviéndose y acariciando.

Veo el lugar donde volamos para alcanzar el éxtasis,
rincón cuyas sábanas fue un manto esponjoso y verde,
donde la música de ambiente la formaba el viento
y la luz del sol daba la policromía envolvente.

Fue un acto de amor, solo un acto,
pero donde nuestros cuerpos varias veces gozaron,
solo una vez fue el acto del amor
pero continuo y con multitud de orgasmos,
porque no fue empezar, acabar, esperar y empezar,
sino llegando el culminar del deseo no dejamos parar,
las sensaciones que hacen brotar el fuego
y en el tiempo que el sol bañaba nuestros cuerpos
nuestras mentes y nuestra carne eran solo deseo.

Veo que llegamos a nuestro rincón de amor
entre risas, bromas, alegrías y chanzas,
hablando sin tener idea de buscar el sabor
que nos llevaría a gritar alabanzas
de la unión que hubo entre tu y yo
y que nos unió en un ritual de esperanza,
para sentirnos unidos en nuestro candor
y al límte de una pasión pero en alza.

Nos miramos y nuestros ojos quedaron fijos,
nuestros labios se mojaron al sentirse observados,
nuestra boca se unió en un beso latente
y nuestro rostro cambió por lo que se estaba formando.

Al mirarte acaricié tu cara, recorriendo tu perfil,
pasé mis dedos por ojos y labios llenos de deseo,
acaricio con la humedad de mi lengua
ese rostro que me llena y cubre mi ego,
pero no solo pienso en mi, mi vida,
sino que busco aprender de tu cuerpo.

Desprendí tus ropas de tu figura ardiente,
desnudé micuerpo para fundirnos en un abrazo,
calor y ardor crecieron en esa fusión,
sensación de deseo al estar en tu regazo.

Desnuda ante mí empecé a descubrir
todo aquello que se presentaba para mi estado,
empecé a aprender de lo que se presentaba
orgulloso de tenerte a mi lado.

Tus pechos se alzaban como altas montañas
cuya cumbre era tu abultado y suave pezón,
al acariciarlo sobresalía hacia el cielo
invitando a mi boca para una succión.

Recorrí las laderas de tus pechos,
haciendo que mis manos y boca los escalaran,
buscando el mejor camino para que en ellos
una electricidad poco a poco los surcara.

Bajé mi lengua por esas laderas,
pasee mis caricias por la llanura que precedía,
llegando a la hondonada de tu ombligo que me llamaba
para bajar a ese pequeño orificio.

Desde el ombligo marqué los senderos
para no dejar rincón sin conocer
profundizar en el relieve de tu cuerpo sumido
y buscar el tesoro que contiene nuestro placer.

Marché por la llanura sonrosada
dejando en ese terreno semillas de caricias,
abonando con besos ese valle aun en calma
conociendo el precursor de otras delicias.

En lo alto diviso aún las montañas
me indican adentrarme en otro recorrido,
nuevos paisajes que me abruman
para desear en ellos quedar perdido.

Bajé hasta un bosque lleno de vegetación
donde hurgué con la yema de los dedos,
suavidad en el paso de ese follaje,
deleite al hundirme en sus enredos.

Saliendo del bosque encontré un torrente,
se deslizaba por un insinuante dsfiladero,
paredes que escondían un gruta y su río
que atrajeron el cambio del sendero.

Manos, dedos, labios, lengua y aliento,
se unieron para descubrir ese paraje variado,
contrastes de pliegues que creaban un interior
donde mana un manantial lleno de deseo.

Bajé a la gruta y entré en la caverna,
explorando su interior mi cuerpo se abrazaba a tu cuerpo,
nos dejamos cubrir con las esencias
que nos regalan los fluidos y aromas del momento,
provocando poco a poco una grata revolución
donde un terremoto por aparecer hizo intento.

Salí de la cueva y bebí del agua que la corría
dándome aliento para seguir la exploración,
marqué rumbo a todos los caminos
donde las fronteras parecían pedir perdón,
pero indicaban nuevamente una subida
y buscar un nuevo rincón.

LLegué a unos montes gemelos
cuando tu me ofrecistes la espalda,
glúteos que mi piel recorría
profundidad que me llamaba,
en ese camino se escondía
esa misma cascada,
torrente y cueva se ofrecía
aun estando de espaldas.

Decidí marchar hacia arriba
y masajear esa espalda,
zonas erógenas aparecían,
lugares que provocaban,
el ansia por saborear
todos los lugares que alli estaban.

Todo el relieve de tu cuerpo quedó explorado
y el fuego de la lava nos iba recorriendo,
terremoto y volcán querían brotar
para en su caminar irnos venciendo.

Pero besos, abrazos, caricias,
nuevamente surgían entre nosotros,
nuestros cuerpos no paraban de pedir
lo que ya gritaban nuestros rostros,
pero quisimos demorar al máximo
el momento de culminar el placer,
porque disfrutábamos el amar
tanto como dar salida al nacer.

Yo te acariciaba y tu caricia me transportaba,
yo te abrazaba y tu abrazo me aprisionaba,
yo te besaba y tu beso me alzaba,
yo te amaba y tu amor me extasiaba.

Sin dejar de besarnos escalé tus montañas,
me deslicé por la suavidad de tu llanura
me perdí en tu bosque con flora innata
me refugié en tu cueva saboreando su frescura,
al sentir como las aguas de su río me mojaban,
aun siendo el tacto de alta temperatura.

Tu roca que separaba monte, desfiladero y gruta,
tenía ya una dureza formada en fragua,
ese punto que al aciriciarlo con cada ruta
formaba en el río mayor cantidad de agua,
y me pidió entrar en la cueva
para excitar hasta mi alma.

Gemidos callados, miradas cómplices, cuerpos unidos,
en un baile donde cada vez entraba mas en ti,
donde tu roca quería estallar para hacerte volar
al sentirse estimulada en el baile del fin,
pero un principio....el momento de gozar.

Nos miramos y nos dejamos llevar
entre besos, caricias y abrazos,
el terremoto creció y el volcán estalló
sin poder dejarnos de hablar,
nuestros cuerpos explotaron
inundándonos del tesoro del gozo y el amar.
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