martes, 15 de diciembre de 2009

Anoche te sentí en mi cama.


Anoche te sentí en mi cama.

Yo esperaba desnudo, sintiendo el aire que entraba por la ventana, apenas iluminado por la luz que se colaba de la calle.

Sentí como me besabas, por los labios y por el cuello (a mi también me encanta), y luego, me susurraste, mordisqueando el lóbulo de mi oreja, "estate quieto, siénteme, déjame hacer".

Seguí sintiendo tus labios pasearse por mi pecho, succionando mis pezones, mordisqueándolos, luego pellizcándolos con tus dedos.

Bajaste por mi vientre, recorriste mis caderas, acariciaste mis muslos, los separaste... y te colocaste entre ellos.

Tus manos me recorrían y noté como me mirabas, relajado, abandonado a ti, pero excitado, con mi polla expectante, húmeda, dura.

Tus dedos acariciaron mis huevos, pellizcaste un poco, juguetona, antes de recorrer todo mi tallo hasta mi glande. Lo recorriste, suave, deslizándote en la humedad que me cubría. Impregnaste un dedo... lo llavaste a tu boca. Volviste a impregnarlo y ahora lo acercaste a la mia, dejándome lamerlo.

Te agachaste, y ahora fue tu lengua la que hizo el recorrido desde mis huvos a mi glande, despacio, muy despacio. Lamiste el borde de mi capullo, por todos los lados, y comenzaste a jugar con tu lengua en el.

Me arrancabas jadeos de placer, casi me torturabas con tus lametazos, con mi excitación. Me engulliste mientras tu mano me agarraba los huevos, los apretaba, estiraba... Buscaste con tu dedo entre mis nalgas. Encontraste mi culo, lo rozaste, lo provocaste.

Ya no jadeaba, gemía.

Humedeciste tu dedo en tu coño húmedo, y volviste a jugar con mi agujero. Presionaste y entró un poco... un poco más... más... mi polla en tu boca estaba a punto de estallar... y no paraste hasta que así fue, y te llené de mi, de mi semen, de mi orgasmo, de mi placer.

Anoche estuviste, aunque no lo supieras, en mi cama.

Y no fuí egoista... porque después de correrme, te imaginé sentada sobre mi, sobre mi cara, frotándote con mi boca mientras, con mi lengua, mis manos pellizcando tus pezones, tu cabeza hacia atrás, tu humedad impregnándome la cara, corriéndote descontrolada en el momento en que mis dedos bajaban entre tus nalgas en busca de cobijo...





No me apetece ponerlo en el blog... si lo escribo pensando en ti, en como lo pensé anoche mientras me masturbaba... ¿a quien más le importa?

Un beso excitado (de nuevo)
Blog Widget by LinkWithin